CreatorCrate es el primer juego de su creadora, Jori Ryan. Durante los 7 últimos años, esta desarrolladora ha trabajado en un título que mezcla puzles con plataformas y algunos elementos roguelike, aunque este último subgénero es casi inexistente. CreatorCrate tiene luces y sombras que, como veremos a continuación, hacen que no sea un juego recomendable para todo el mundo. Pero, también nos encontramos con algunas mecánicas que, si bien, no son del todo innovadoras, sí son interesantes.
La premisa de la que parte el juego es simple, nos ponemos en la piel los circuitos de un robot con forma de caja creado por una corporación sita en una estación espacial. Aun así, somos un experimento un tanto rebelde y nuestro objetivo es escapar de la estación cueste lo que cueste. Este área tiene una forma circular y cuanto más nos aproximemos al interior de la misma, menos gravedad habrá. Para ello disponemos de la habilidad de nuestro protagonista para adquirir materia de los diferentes elementos del escenarios y transformarla en otros que nos convengan más.
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Transforma materia a tu conveniencia
Esto lo podemos llevar a cabo gracias al brazo robótico que sale desde el interior de la CreatorCrate. La mecánica es bastante simple, cada objeto que absorbemos nos aporta una cierta cantidad de materia, además de asignar ese elemento a una de nuestras ranuras de creación, limitadas a 3. Así bien, como sólo podemos llevar 3 objetos, debemos seleccionar aquellos que pensemos que nos vayan a ser más útiles en el futuro. Por ejemplo, una pistola o un cuchillo, sirven más que una estantería, aunque a veces tengamos que “ingerir” una, ya que aportan mucha materia. Sin embargo, todos los objetos tienen incidencia en el gameplay, unos de forma ofensiva, otros defensiva o de interacción con el escenario.
Eso sí, ninguno de ellos sería útil sin el brazo de nuestro robot. Con la capacidad de rotar 360º alrededor de nuestro cuerpo, no solo coge, usa y lanza objetos, sino que también lo usamos para desplazarnos. Además de engancharnos en lámparas para llegar a zonas inaccesibles de otra manera, sino que se convierte en un elemento clave en zonas de gravedad 0. La capacidad de rotación nos permite apuntar en cualquier dirección, así como lanzar objetos con más o menos fuerza, según el movimiento del ratón, o incluso usarlo como método de impulsión.
Aunque, como hemos dicho anteriormente, CreatorCrate no puede recomendarse a todo el mundo. Las mecánicas que hemos comentado son bastante sólidas, pero hay otras que dificultan la recomendación del juego. La primera es el movimiento, demasiado ágil, tanto que parece que la cajita protagonista no tiene peso alguno. Esto es algo que puede sumarse a los enemigos, parece que están todos rellenos de aire, dando como resultado unas físicas extrañas. Podemos empujar con la misma facilidad una estantería, un humano o una torreta. Algo que se entiende en las zonas de gravedad 0, pero cuyo resultado no termina de encajar en las zonas “normales”. Otro aspecto, también a destacar en este punto es la falta de diferenciación entre zonas. Todas las zonas que recorremos en la estación espacial son visualmente similares, he echado en falta algún cambio, aunque sea en los colores de las paredes para evitar cierta monotonía.
Una dificultad excesiva
Pero, lo que hace que CreatorCrate no esté hecho para todos es su dificultad. Desafiante desde el principio, pero de una manera excesiva. Una curva de dificultad mal medida, que complica el juego de principio a fin. Salvo algunos obstáculos que se van implementando a medida que avanzamos, las dificultades que nos encontramos al inicio son las mismas que tenemos más adelante. Por lo que la dificultad no progresa a medida que jugamos, sino que empieza y termina en un punto muy alto. Aunque, cuando morimos varias veces, se desbloquean varios niveles de dificultad, más sencillos, desde difícil, hasta invencible, convirtiendo el juego en algo trivial. Finalmente, he decidido completar el completar el juego en una dificultad inferior a la inicial resultando así una experiencia menos desafiante, pero un poco más divertida.
Gráficamente es un juego bastante simple, pero cuyos colores llamativos hacen que sea bastante resultón. Eso sí, las animaciones de los científicos y de los enemigos al caminar son un poco artificiales. Por su parte, la banda sonora, animada acompaña a la acción constante del título, y el apartado sonoro están bastante bien. Los sonidos de las explosiones, disparos y las vocecillas de los enemigos quedan graciosas y son coherentes con el humor del título.
Conclusión
Por lo tanto, podemos concluir que CreatorCrate no es un juego para todo el mundo. Si buscas un juego de plataformas, con un punto alto de desafío, que se complete en unas 5 horas (sin contar los modos extra), puedes probar con él. Te encontraras con zonas con una dificultad excesiva y unas físicas un poco extrañas. Sin embargo, hay que recordar que, no solo estamos ante un juego indie, sino que ha sido desarrollado por una sola persona, algo que, si bien, no es determinante a la hora de comprar un juego, sí hay que poner en valor.
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La falta de diversidad en los escenarios”]