Icono del sitio Comuesp

Itorah – Plataformas prehispánicas – Análisis

analisis de itorah

Cabellos morados en medio del bosque

Tras despertar de una larga siesta, una niña con cabello morado descubre que grandes amenazas la están acechando. Su nombre es Itorah y tras haber sido interceptada por un ejército de arañas, es capaz de liberarse y rescatar al guerrero más fuerte de Nahucan para que combata a su lado.

Dicho guerrero no es más que un hacha con barba y que está preparado para ser nuestro guía en este mundo amenazador.

De esta forma, Itorah nos presenta una aventura de plataformas divertida, con un combate regular y un estilo artístico hermoso a la par de experimental.

itorah analisis

Hachas parlanchinas y furros por doquier

El mundo de Itorah está fuertemente inspirado en la cultura prehispánica, tanto a nivel de escenarios como en el diseño de sus personajes.

No obstante, este mundo no está habitado por humanos, sino por animales antropomórficos; esto se debe a que nuestra protagonista es la última superviviente de los humanos.

Para descubrir que ha pasado con nuestra raza y a qué se deben las terribles amenazas que andan sueltas por ahí, deberemos adentrarnos en diferentes zonas en busca de respuestas.

Tales respuestas se irán revelando poco a poco conforme avancemos, gracias a leyendas inscritas en las paredes, diálogos y flashbacks.

De esta forma, Itorah es capaz de plantear una historia interesante con personajes carismáticos, aunque un poco infantiles. Asimismo, la misteriosa infección que amenaza el mundo es solo la punta del iceberg, pues al avanzar, encontraremos una historia oscura y emotiva a partes iguales.

Explorando las ruinas de una antigua civilización

Si bien este título tiene grandes influencias de juegos como Hollow Knight, lo cierto es que no se trata de un metroidvania, sino de un plataformero de acción tradicional. Producto de esto, tendremos una exploración más lineal, con distintas zonas por explorar y a las que solo podremos acceder cuando la historia lo requiera.

No obstante, esto no ha sido un impedimento para incluir múltiples secretos que serán de ayuda para mejorar nuestras estadísticas; secretos fáciles de encontrar, pues el diseño de niveles es muy intuitivo y aporta de forma positiva a la exploración.

Por otro lado, las zonas están diseñadas para aprovechar diferentes habilidades que adquiriremos conforme avancemos. Gracias a ello, la exploración se irá tornando más compleja, obligando al jugador a progresar mientras utiliza todo lo que ha aprendido.

En este sentido, Itorah ofrece una buena exploración, pero, que se ve limitada por su movimiento un poco tosco. En más de una ocasión, calcular los saltos puede resultar complicado por la falta de precisión en sus controles.

Asimismo, el título juega mucho el momentum, obligándonos a calcular nuestros movimientos con precisión a la par que generamos velocidad al correr.

Por último y no menos importante, está la ausencia de viaje rápido. Esto podría no significar un problema si el juego estuviera estructurado por niveles, pero, lamentablemente no es así.

Como mencionamos anteriormente, Itorah bebe mucho de los metroidvania, algo notable en su gran mapa conectado por una zona central. Producto de esto, revisitar una zona en caso de habernos saltado un coleccionable será una tarea monótona de mantener el joystick inclinado hacia un lado.

Combate repetitivo pero cumplidor

Quizás el punto más débil de Itorah, son sus mecánicas de combate. Tanto por su excesivo nivel de repetitividad como por su poca variedad de enemigos, este aspecto del juego termina cansando muy pronto.

Aunque al principio cumple con su propósito, las mejoras que podremos conseguir serán solo para nuestro personaje y no para el arma. Debido a esto, siempre tendremos los mismos combos y el mismo daño, sumando solamente una pisca de variedad al atacar utilizando las habilidades.

Sumado a estos errores de combate, la variedad de enemigos es muy baja, siendo casi en su totalidad, prescindibles para avanzar; por desgracia, aunque podamos esquivarlos y avanzar con normalidad, esto desencadena otro problema.

Al ser derrotados, los enemigos nos darán un par de puntos que podrán ser utilizados más adelante para mejorar algunas estadísticas. Por esta razón, estamos obligados a derrotar los enemigos si queremos mejorar a Itorah.

Estas decisiones de diseño dan como resultado un combate repetitivo con enemigos fáciles de derrotar, alargando la experiencia de juego al colocarlos simplemente como obstáculos que se pueden saltar y no como un reto.

Ahora, no todo es malo dentro de este apartado, pues los jefes sí están bien trabajados. No solo representan una amenaza mayor al ser más poderosos, sino que pondrán a prueba nuestra destreza en todo momento.

Dicho de otra forma, los jefes son lo que deberían ser: una prueba para el jugador, combinando lo aprendido en los segmentos de exploración y combate.

Ruinas olvidadas y bosques coloridos

Probablemente el apartado mejor logrado de Itorah y que sin duda es una gran motivación para continuar la aventura, reside en lo visual.

El mundo de Nahucan está inspirado fuertemente por Sudamérica y Centroamérica, reafirmando esa identidad prehispánica de su historia. Además de esto, se encuentra pintado totalmente a mano, dándole un aspecto único al juego.

Pese a estar desarrollado con el motor Unity, el equipo ha hecho un excelente trabajo para explotarlo al máximo, combinando elementos 2D pintados a mano con múltiples técnicas experimentales.

Desde juegos con las sombras hasta elementos vistosos que juegan con la profundidad, Itorah consigue destacarse a nivel visual como pocos juegos lo han hecho, creando no solo una identidad, sino que también abarcando múltiples paletas de colores y diseños de escenarios.

Por otro lado, su banda sonora consigue ambientar a la perfección a Nahucan y sus variadas zonas. Ritmos muy tradicionales y canciones que la mayoría de las veces, reflejan el peligro al que nos estamos enfrentando.

También cabe destacar que las pistas de cada uno de los jefes son memorables y es donde el juego más se atreve a experimentar, rompiendo un poco el molde de su ambientación prehispánica para entregarnos tonadas épicas que acompañan el combate.

El todo es más que la suma de sus partes

Con todo lo dicho, puedo decir que Itorah es un juego recomendable exclusivamente para un grupo muy específico de jugadores. Debido a sus múltiples errores de diseño y a lo repetitivo de su combate, esta experiencia solo será grata si te atrapa su arte y ambientación.

Si corres con la suerte de que esto último te guste lo suficiente, las horas se irán haciendo más llevaderas y podrás disfrutar de una experiencia interesante y única a nivel artístico.

Entra en este mundo prehispánico en busca de respuestas y acaba con las amenazas que se ocultan en la oscuridad. Explora el reino de Nahucan con sus hermosos paisajes y prepárate para un reto plataformero con una simpática chica de pelo morado.

[review_summary positive_heading=”Lo bueno” positives=”Gráficos dibujados a mano que dota al juego de una identidad especial.
Jefes desafiantes que representan un verdadero reto para el jugador.
Personajes divertidos que dan paso a una historia emotiva.
Ambientación muy bien lograda gracias al apartado artístico y sonoro.” negative_heading=”Lo malo” negatives=”Grandes fallas en el combate, tanto a nivel de diseño como por su repetitividad.
El movimiento del personaje es tosco y poco preciso, un error fatal al tratarse de un plataformero.
Poca variedad de enemigos.
Al no haber viaje rápido, moverse entre zonas resulta una tarea aburrida.”]
Historia
5.0

Gráficos
8.0

Jugabilidad
4.0

Música / Sonido
7.0

Ambientación
7.0
[/review_summary]

Para más contenido, te recomendamos visitar nuestro análisis de Sunday Gold, un juego narrativo con una estética de cómic inigualable.

Salir de la versión móvil