Hoy, día 29 de agosto es el Día Mundial del videojuego, algo que nosotros como redactores del mundillo tecnológico debemos celebrar. Es innegable que a día de hoy no hayamos disfrutado en algún momento de un videojuego, ya sea en esas horas muertas en el transporte publico desde nuestro smartphone, hasta esas largas sesiones con amigos jugando al League of Legends, Fifa o Call of Duty.
Un videojuego no deja de ser una obra creada para el entretenimiento principalmente aunque no se cierra en banda a que este pueda ser, por ejemplo, también educativo. Seguro que a muchos nos viene a la mente algún videojuego de esas características, como son los de Pipo (para los más peques) o Civilization (por su alto contenido histórico)
Pero cuando hablamos de juegos, seguramente te venga algún buen recuerdo a la mente. Quizás es un pequeño flashback de cuando jugabas con tus padres, o tu hermano, o algún amigo hace años. ¿Fue Contra? ¿Fue Tekken? Lo mismo fue Grand Theft Auto, Metal Gear Solid o incluso Final Fantasy, pero evocan buenos recuerdos (esperamos). Aunque no siempre ha sido todo positivo, especialmente en los últimos años. Entre las comunidades toxicas de algunos juegos y la creciente guerra entre las comunidades de las consolas, a veces toda la experiencia se enturbia un poquito.
Un videojuego es la causa actual de la guerra entre Xbox y PlayStation
El espíritu de competición entre las distintas empresas de videojuegos y consolas siempre ha sido un aliciente para la evolución de las mismas, para intentar alcanzar nuevos niveles y estándares de calidad. Esto lleva ocurriendo desde siempre, nadie lo puede negar a día de hoy. Lo que si que es nuevo, es la actitud que vemos constantemente en las redes sociales. Incluso en los foros de los juegos, las paginas de puntuaciones (como Metacritic) o los comentarios en los videos de Youtube.
Antiguamente, esa competitividad era positiva y en cierto punto, sana. Podías tener la PlayStation 2 y disfrutar de Final Fantasy X, o irte a casa de tu amigo que tenía la Xbox y jugar a Halo. Era lo normal, y te podía gustar más o menos una consola u otra. Podías preferir Ratchet & Clank sobre Jak & Daxter, o el mando de la PlayStation frente al de la Nintendo 64. Lo que no es sano, es lo que vemos a día de hoy: grupos ingentes de fanáticos atacando un juego, una compañía, o al poseedor de una consola por ser distinta a la suya. Perdiéndose la experiencia original, lo que los desarrolladores han logrado crear mediante sudor y esfuerzo. Todo por defender a una empresa a la que no debes nada. ¿Merece la pena todo es odio?
El ejemplo más claro lo tenemos actualmente con Starfield. Si vemos en Twitter (X ahora) su hashtag, veremos una gran cantidad de gente discutiendo diariamente, cada hora, sobre el juego. Sobre si va a ser bueno o no, sobre si se la va a pegar o no. Incluso quienes aprovechan las filtraciones para jorobar la experiencia a otros con los spoilers.
Una gran fuente de diversión y buenos momentos
Pero si alejamos la toxicidad y problemas anteriormente mencionados, los juegos y su mundillo siempre ha sido un faro en la oscuridad. Ya sea tras un duro día de trabajo, o una mala semana, muchos de los jugadores encontramos algo de confort en los videojuegos. No importa si lo buscas desahogándote en un combate a muerte en Mortal Kombat o apaleando a tu rival en Street Fighter. Si lo encuentras creando una gran urbe en Cities Skylines o gestionando tu reino de ensueño en Fabledom. O si lo logras al desactivar esa C4 en el estanque de los peces en Counter Strike o ganando esa partida de Overwatch 2.
Lo que si importa son esos sentimientos positivos que nos encontramos. Ya sea al disfrutar de una gran historia, o una gran aventura. O por una apasionante carrera de coches (o sin apasionante pero divertida al lanzar una piel de plátano a tu amigo).
Desde Comuesp estamos a favor de los videojuegos, de todo lo positivo que aportan y lo mucho que podemos disfrutar y aprender de ellos. Hoy es un gran día para recordar los inicios de los juegos, pero especialmente, tu primer videojuego. Y os pedimos por favor, que si eres de esas personas que luchan constantemente contra los demás por su consola, por ver cual es mejor en vez de disfrutar, te replantees si eso te hace feliz o hace feliz a los demás, en vez de disfrutar de tu juego.