La franquicia Alien cuenta con siete películas (por ahora) y más de una treintena de videojuegos en su poder (varios de ellos aportando mucho al lore de esta franquicia), siendo algunos considerados muy top o de las mejores adaptaciones como videojuego, como lo es Alien Isolation y al que sin duda alguna vamos a sumar este Aliens: Dark Descent del cual os dejamos este análisis.
Si una cosa ha quedado clara, es que Ridley Scott estaría orgulloso de ver como el estudio Tindalos Interactive, junto a Focus Entertainment han logrado respetar y llevar mejor el legado que comenzó con Alien: El Octavo pasajero (1979), que como lo hizo él desvirtuando todo con las películas Prometheus (2012) y Alien: Covenant (2017).
Por suerte el citado Alien Isolation en 2014 nos volvía a hacer sentir la misma angustia y otras sensaciones similares que vivimos con la primera película de Alien, protagonizada por Sigourney Weaver dando vida a la Teniente Ripley.
Ahora con Aliens: Dark Descent, las sensaciones son las de revivir lo que James Cameron nos hizo vivir con la gran secuela de 1986, Aliens: El Regreso, lo cual motiva que digamos que este título, sea quizás la segunda mejor adaptación de este universo, aunque no todo es perfecto, claro.
Un poco de videojuego entre cinemáticas
Lo primero que nos ha sorprendido de Aliens: Dark Descent ha sido su trama, digna de una buena película sobre los Xenomorfos. Es más, podemos asegurar que es mejor que las últimas de Ridley Scott y ya no digamos Aliens vs Predator y su secuela, pero así como nos ha gustado mucho la historia y todo lo que ocurre en ella, lo que se nos ha hecho un poco “bola”, ha sido que a cada poco se nos interrumpiera con cinemáticas y “cutscenes” que aparecían hasta en ciertos momentos vitales de acción, literalmente cortando la experiencia de juego.
En total suman unas cuatro horas desde que comenzamos el tutorial (donde quizás sea más evidente esto, con casi una hora entre cinemáticas y cutscenes), hasta que se termina el juego, que viene a tener una duración entre quince y veinte horas si no perdemos mucho tiempo dando vueltas, aunque puede llegar a las treinta fácilmente si nos toca repetir alguna incursión por fallar en ella, o nos ponemos en modo coleccionistas.
En un título que te permite pausar/ ralentizar la acción y crear tu propia estrategia, no sería algo criticable de no ser que realmente ocurre casi a cada segundo mientras nos movemos por cada ubicación y en vez de dejar que sigamos interactuando con objetos, huyendo de Xenomorfos o disparándoles, incluso en enfrentamientos contra sectarios que piensan que Covenant es buena película (es broma, en realidad tienen otros motivos. Que Covenant es mala película, no es broma).
Pero más allá de esto, siendo quizás la única pega a este título en cuanto a la jugabilidad, en todo lo demás es soberbio y os explicamos los motivos.
Sentiremos auténtica angustia de encontrarnos solos en las sombras
La angustia de rondar por las sombras mientras escuchamos ruidos por las distintas salas o zonas en las que nos movemos, comenzará desde el minuto uno en el que comienza la historia y con ella el tutorial (y las cinemáticas), donde vemos que tras un sabotaje, el planeta Lethe sufre un aterrador brote de Xenomorfos y donde nosotros, poniéndonos en el pellejo de la administradora adjunta de la estación Pionner, Maeko Hayes, va a ver de primera mano cómo funcionan los Marines Coloniales.
No vamos a destripar la historia, preferimos que la disfrutéis vosotros y veáis como va evolucionando la historia con todos los personajes, principales y secundarios que vamos a ir encontrando y aquellos que nos ayudarán en las distintas ubicaciones de la USS Otago mientras gestionamos todo, pero literalmente todo.
Y es que algo bueno que tiene este título, es que además de enviar a un escuadrón con cuatro Marines Coloniales a las distintas misiones en las diferentes ubicaciones del planeta Lethe, es el poder gestionar la propia USS Otago para repararla y mejorarla, de forma que se verá repercutido en mejoras y avances para nuestros escuadrones.
Porque si, dispondremos de varios Marines (mujeres, hombres y viceversa) que irán ganando experiencia y según esta y los avances que logremos en nuestra nave y sus distintas zonas, podremos equiparlos con todas las armas que existen en el universo Alien y muchas más. Todo ello disponible para instruirse sobre ello en un práctico códice que incluye también un hermoso bestiario con las distintas razas de Xenomorfos y mucho más.
Sin duda alguna en Tindalos Interactive han hecho un gran trabajo también en ese aspecto.
¡Eh! Vasquez, nunca te han confundido con un hombre? No, ¿y a ti ?
Vamos a lo importante, que son las incursiones, donde vamos a ir avanzando en la historia entre si, cinemática y cutscene, una tras otra, pero descubriendo que está pasando, qué está ocurriendo y el motivo por el que se ha llevado a cabo el sabotaje que ha liberado a los Xenomorfos.
Para ello, contamos con un escuadra de marines donde, tal y como dice el juego, los y las marines pueden moverse con total libertad por el mapa, investigando, rescatando, farmeando materiales y recopilando ADN de los Xenomorfos a los que se enfrenten.
Todo esto y mucho más es vital para mejorarlos con armamento y armaduras que harán de ellos unos auténticos marines de élite sin temor alguno para enfrentarse a esos puercos.
Aunque cuidado, que hay que controlar sus niveles de estrés y pánico, algo que repercute intrínsecamente en sus capacidades, haciendo que se ponga en peligro toda la escuadra, llegando a poder morir todos los integrantes de esta (aunque podemos recuperar sus chapas para hacerles un homenaje) y en el mejor de los casos, salir heridos o perder miembros, aunque nada que no se solucione en la sala médica donde podremos no solo sanarlos, si no mejorarlos en ciertos “aspectos”
Día tras día, tenemos que controlar el estado de nuestros marines y también de lo que sucede a bordo de la USS Otago, y todo con motivo de avanzar lo mejor posible.
La personalización de nuestros Marines es bastante alta y no solo a nivel de mejoras, armamento o armadura, si no que también podemos personalizar estéticamente a cada Marine y darle un nombre y seudónimo, por si llega el momento en el que nos apetece ver en la escuadra a unos marines llamados Vasquez y Drake.
Apartado técnico
Podemos garantizar que H. G. Giger estaría muy orgulloso de la representación de las zonas en las que los xenomorfos tienen más representación o se encuentran en su hábitat. La recreación es perfecta y junto a la gran iluminación que tiene el juego, te hace sentir verdadera angustia en ciertos momentos.
El diseño de niveles y personajes más allá del entorno en el que habitan los xenomorfos, cumple perfectamente con lo esperado para el tipo de escenario en el que nos encontramos. Se basa fuertemente en lo visto en Aliens: El Regreso y no decepciona en absoluto, tanto de lejos, como si acercamos la cámara de vista isométrica.
Para los personajes se ha decidido tomar un diseño artístico que recuerda bastante a lo visto en la serie de animación Star Wars Clone Wars, aunque con un toque un poco más crudo y realista que le sienta muy bien.
La ambientación está tan bien recreada, que nos sentiremos como en una película de Alien y mucho en parte gracias a la banda sonora que toma referencias de lo creado por Jerry Goldsmith y James Horner para los dos primeros films de la franquicia, como también de los sonidos, que aunque a veces se eche en falta un poco más de calidad, cumplen con su función.
Eso sí, podemos decir que quien peor parte se lleva en el apartado técnico, son algunas de las animaciones y transiciones de los personajes y Xenomorfos, que son muy artificiales.
Conclusiones: Estamos ante el segundo o tercer mejor juego de la franquicia "Alien", pese a ciertos problemas de diseño y un exceso de cinemáticas, pero que historia y jugabilidad más buena tiene. – Jose Aguirre “Joshkerr”
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