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Análisis de TUNIC: La aventura del zorro sin nombre

análisis de tunic

Es peligroso ir solo, toma esto

Tras el revuelo provocado con la salida de Elden Ring y sus excelentes críticas, ya se ha empezado a hablar sobre un posible juego del año y un nuevo estándar para los videojuegos de ahora en adelante. No obstante, en el ámbito independiente, encontramos experiencias como TUNIC, llenas de tanta vida y color que es casi imposible no sentirnos conmovidos al probarlas.

Fuertemente inspirado en The Legend Of Zelda, el primer título de la saga y que vio la luz en 1986, TUNIC nos entrega una de las mejores aventuras para un solo jugador que hemos visto en años. Asimismo, el título logra capturar el sentimiento de incertidumbre al explorar, cuya única ayuda era el manual del juego.

TUNIC análisis

Un reino de leyendas olvidadas

Hablar sobre TUNIC sin hacer spoilers sobre su historia, es una tarea cuanto menos compleja. No obstante, sí que podemos mencionar un poco sobre lo que podemos encontrar. Andrew Shouldice, el desarrollador del juego, nos plantea un reino cuyos años dorados han quedado en el olvido.

Con claras referencias a otros títulos del sector como Hyper Light Drifter y Hollow Knight, resolver los misterios del mundo será una tarea que cada jugador hará de forma distinta.

 

A pesar de esto, el eje central de TUNIC no se sienta sobre las leyendas de su mundo, sino en nuestra propia aventura.

Es por esto que más allá de lo que pueda parecer a simple vista, la verdadera leyenda deberá ser escrita por el jugador, personificando a ese zorro tan mono que funge como protagonista.

De la misma forma, recurriendo al tropo del héroe mudo y sin nombre, empatizar con nuestro héroe no será muy complicado. Además, al igual que él, nos moveremos bajo nuestras propias reglas gracias a la curiosidad.

La mágica exploración nos aguarda con terribles peligros

Al ver por primera vez TUNIC, es normal esperarse una aventura sencilla inspirada en Zelda y enfocada en el público casual. Es por ello que resulta una completa sorpresa embarcarnos en su mundo y descubrir que la dificultad está por encima de la media.

Si bien no nos encontramos ante un juego imposible y mucho menos injusto, TUNIC no nos llevará de la mano como otros títulos, siendo necesario que pulamos nuestras habilidades y recurramos a nuestra intuición para avanzar.

Y es que, gracias a un mapa excelentemente diseñado y plagado con secretos en cada esquina, no perderse se vuelve un reto que supera la propia dificultad.

Para ayudarnos un poco con esto, TUNIC en un inicio limita nuestro recorrido con puertas o lugares inalcanzables sin las habilidades correctas. De esta forma, seremos conscientes que dicha zona deberá ser revisitada más adelante en busca de secretos o en muchos casos, un lugar totalmente nuevo.

Sumado a esto, podremos encontrar distintas páginas de un manual que nos relata pequeños detalles disponibles desde el inicio, pero, que cobran sentido una vez leídos. No obstante, las páginas del manual muchas veces no se encuentran en orden y gran parte del mismo están escritas en un lenguaje rúnico que no podremos entender.

Producto de esto, en TUNIC deberemos valernos de los conocimientos básicos y apoyarnos en el diseño del nivel para conseguir esa nueva habilidad que nos permitirá llegar más lejos.

La exploración y la curiosidad como mecánicas principales

TUNIC cumple su objetivo de transportarnos una época donde la información sobre los juegos no estaba al alcance de todos y el boca a boca se convertía en muchas ocasiones en la única ayuda que íbamos a conseguir.

Gracias a esto, TUNIC no se concentra simplemente en ser un juego de aventuras, puzles o de combate en tiempo real, sino que lo combina todo en una experiencia magnífica.

Cada rincón del mapa, tarde o temprano, se convertirá en un lugar que podremos explorar, permitiéndonos conocer secretos que pasamos por alto la primera vez.

Ya sea con ayuda del manual del juego o impulsados por la curiosidad característica de nuestro protagonista, la exploración se vuelve un factor crucial dentro del juego.

Dicha exploración, además, está muy bien recompensada, otorgándonos artículos valiosos de la tienda, armas nuevas o artefactos que nos permiten mejorar nuestras habilidades.

No importa el tamaño, sino la habilidad en combate

Comparado con nuestro pequeño zorro, solo un par de enemigos le igualan en tamaño; el resto de estos no solo son más grandes, sino también con gran destreza en combate.

A raíz de esto y en busca de balancear las cosas, en TUNIC nos encontramos ante un sistema de combate pulido a detalle.

En el inicio, estaremos armados con una simple rama y deberemos aprender a esquivar a tiempo para no resultar heridos. Una vez superados ciertos combates, comenzaremos a desbloquear nuevas armas a la par que se complican las cosas.

Estar mejor equipados no significa que los combates serán más fáciles, pues cada nueva zona presenta un reto aún mayor que el anterior, viéndonos involucrados con alimañas de todos los tamaños y colores.

No obstante, el punto donde TUNIC nos deja ver todo su esplendor, reside en los combates contra jefes. A pesar de no contar con muchos de ellos, cada combate es tan memorable que se quedará en nuestra memoria por un buen tiempo.

Más allá de un simple combate, cada encuentro con un jefe se convierte en un desafío para todo lo aprendido hasta ahora. No nos encontraremos con jefes temáticos que explotan la habilidad adquirida en la mazmorra más reciente, sino que llevan al límite nuestras habilidades generales en combate.

Desde gigantescas bestias mecánicas hasta poderosos espadachines, cada combate es mejor y más complicado que el anterior, utilizando la muerte del jugador como un aprendizaje más que como obstáculo.

Comparaciones aparte, el combate bebe mucho de la prestigiosa franquicia Souls desarrollada por From Software, obligándonos a esquivar y detener ataques con mucha precisión; la magia también hace acto de presencia y se convierte en un pilar fundamental para la victoria.

Polígonos, secretos y lo-fi

Profundizado en el hecho de que TUNIC no es lo que parece a simple vista, lo cierto es que a nivel artístico tampoco lo es, puesto que termina entregando mucho más de lo que el jugador espera.

Aprovechando el low poly para construir su mundo y utilizando la vista isométrica para la orientación, TUNIC se corona rápidamente como un juego artísticamente hermoso.

No solo hablamos de las texturas, pues cada efecto de iluminación, partícula y diseño de enemigos, está tratado con mucho cariño y logra convertirse en una experiencia visualmente única.

A esto le podemos sumar unas animaciones muy bien trabajadas donde no hay margen de error en cuanto a las hitboxes. Producto de esto, se consigue un combate fluido y satisfactorio.

En cuanto al apartado sonoro de TUNIC, tenemos melodías fuertemente inspiradas en el género lo-fi hip hop.

Pese a esto, el apartado musical no se restringe a este estilo, ya que cuando la ocasión lo amerita, tendremos tonadas llenas de tensión donde cada paso nos sumerge en lo desconocido o melodías épicas que nos llenan de energía en batalla.

Una aventura inocente con la esencia de la niñez

5 años de desarrollo tuvieron que pasar para que el señor Shouldice diera lanzamiento oficial a TUNIC y todo lo que podemos decir, es que la espera no solo ha valido la pena, sino que fácilmente se ha convertido en una de las mejores experiencias disponibles en el medio.

Capturando toda la experiencia del primer The Legend Of Zelda y aprovechando los recursos actuales para llevarlo al siguiente nivel, nuestro pequeño zorro no tiene nada que envidiarle a la conocida franquicia de Nintendo o a ningún otro juego.

TUNIC es una experiencia como pocas, donde la curiosidad es bien recompensada. Además, cada jugador tiene la oportunidad de recorrer el mundo bajo sus propias reglas.

Ponte en la piel de este pequeño zorro y acompáñalo en su aventura para convertirse en el héroe que quiere ser. Piérdete en un vasto mundo plagado de amenazas y secretos a partes iguales y donde la perseverancia será el requisito clave para completar la aventura.

Acompañado además con un apartado artístico original y cargado de color, cada mazmorra de TUNIC es una experiencia en sí misma.

Revive tu niñez de la mano de un pequeño zorro de aspecto agradable y descubre todo lo que esta joya del medio tiene para ofrecer.

[review_summary positive_heading=”Lo bueno” positives=”Un mapa espléndidamente diseñado plagado de secretos.
Combate fluido con animaciones vistosas.
Enemigos desafiantes y muy bien diseñados.
Apartado artístico cargado de color y nostalgia.
New Game + y mucho contenido que apoya una segunda exploración de ciertas zonas.
Calabozos variados con enemigos propios que representan un reto constante.” negative_heading=”Lo malo” negatives=”Pequeños errores al fijar enemigos.”]
Historia
8.0

Gráficos
10.0

Jugabilidad
9.0

Música / Sonido
8.0

Ambientación
10.0
[/review_summary]

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