Minabo – profundo análisis

Una propuesta interesante con un nombre que da mucho juego, es lo que DevilishGames y Selecta Play nos ofrecen con Minabo, juego que ha estado en boca de todos desde que se mostró. Nosotros tras catarlo como tocaba, hemos preparado un análisis profundo de Minabo.

Pero antes de iniciar a dar pelos y señales sobre el título, os dejamos su premisa por si aún hay alguien que no haya leído o visto algo de Minabo.

Minabo – A walk through life es un juego de simulación social en el que caminarás por la línea de la vida mientras tu nabo crece y prospera (o no) en sus relaciones sociales.

¿Parece sencillo verdad? Pues todo depende como os apetezca llevar la vida de Minabo y complicar más o menos algunas situaciones o relaciones, porque todos sabemos que la vida no es un juego, aunque a algunos nos haya tocado pasarla en modo “soulslike”, pero con este título no estaremos muy alejados de la realidad en cuanto a cómo de complicado es gestionar las relaciones sociales, decisiones que debemos tomar y finalmente, los imprevistos que la vida nos trae y que tenemos que aprender a gestionar y solventar.

Con una imagen y apariencia sencilla, sumado a un nombre que al público de lengua hispana nos parece divertido y desenfadado, Minabo es mucho más profundo e interesante de lo que podéis creer.

La esperanza de vida de Minabo depende de ti

Según iniciamos el título, se nos insta a realizar misiones antes de seleccionar “vida libre” y campar a nuestras anchas con Minabo. Pero tranquilos que solo estaremos obligados a realizar las cinco primeras misiones para poder desbloquear el modo de juego libre.

Estas primeras misiones funcionan básicamente como tutorial para aprender a usar bien Minabo y exprimir bien todas sus posibilidades antes de meternos en materia. Pero gracias a estas primeras misiones, con tres objetivos diferentes cada una, enseguida sabremos la forma en la que debemos jugar con Minabo, además de mostrarnos paso a paso lo que nos vamos a encontrar.

En la primera misión, “La crisis de los 40”, tras ponerle el nombre que queramos (o no) a nuestro nabo, nos pide vivir más de 40 años, tener un romance y conseguir tres amigos. Para poder pasar a la segunda misión, tendremos que cumplir esos objetivos, si no, tocará repetir una y otra vez hasta conseguirlo, algo que es aparentemente fácil, si no fuera por una característica muy importante de este título.

Minabo es procedural, con lo cual siempre será todo bastante aleatorio, no solo en el diseño de los personajes, si no también si somos un nabo con dos progenitores, uno solo, tenemos hermanos o no, etc… , pero aparte de eso, los otros nabos que nos vayamos encontrando, también actuarán y tendrás un comportamiento aleatorio, sin caer siempre en una actitud “scriptada” en la que al final aprendamos cómo ganarnos su amistad, tener un romance o simplemente cumplir sus objetivos vitales y en consecuencia los nuestros, a base de construir un círculo social y así tener una esperanza de vida muy larga para Minabo.

El contacto físico, la intimidad y la pertenencia son relevantes para Minabo

Estas tres necesidades son vitales para que la esperanza de vida de nuestro nabo se alargue lo suficiente para cumplir con uno de los objetivos que más veces tendremos que cumplir; vivir una indeterminada cantidad de años.

Interactuar con otros nabos, empezando por nuestros progenitor o progenitores o hermanos (si los hay), es muy importante. Nuestra forma de sobrevivir manteniendo las barras de necesidades llenas mientras interactuamos con las de los demás, aunque muchas veces no responderán de forma positiva y tanto sus necesidades como las nuestras, disminuirán, lo que acortará años de esperanza de vida.

Rodearse de una buena cantidad de nabos o rábanos (que harán las veces de mascotas), y saber cómo hacerles felices con sus necesidades, repercutirá intrínsecamente en nosotros a lo largo de nuestra vida, que podemos tomarla con calma o ir a toda prisa, con lo bueno y malo que conlleva a lo largo de nuestras fases de vida.

Estas fases de vida son como las reales dependiendo de nuestra edad; primera infancia, infancia, niñez, pre-adolescencia, adolescencia, adultez y vejez. Cada una de estas fases, tendrá un factor único que repercutirá en nuestras necesidades, interacción con otros nabos y claro está, esperanza de vida y epitafio final.

Cada una de ellas irán cumpliendose cada cierta cantidad de años que cumplamos. Los años los iremos cumpliendo según vamos caminando por la vida, sin pausa pero sin prisa (como decía la canción de Melendi) mientras vemos las estaciones del año pasar.

La importancia de gestionar bien las relaciones con Minabo

Desde que nacemos…más bien emergemos de la tierra, echar raíces en muchas misiones será muy importante, pero no solo echar raíces teniendo retoños, si no a veces sin más teniendo una pareja que nos acompañe hasta el final de nuestros días o cuidando de nuestros progenitores.

En nuestra niñez comenzaremos a gestar amistades, que si las seguimos alimentando, pasarán a convertirse en mejores amigos, romances, pareja y llegar a tener un retoño (o varios) con la pareja que hemos conseguido. Podemos apurar más o menos los lapsos de tiempo y a veces nos veremos obligados a prolongarlo o hacerlo lo más rápido posible.

Lamentablemente si no gestionamos bien nuestras necesidades y las de otros nabos o rábanos, estos morirán y ante nosotros (a veces), aparecerá una lápida con el nombre, tipo de relación y edad de quien ha fallecido. Esto hará que al pasar cerca, nuestras emociones florezcan y tendremos que elegir entre enfadarnos, quedarnos sin palabras o lamentar la pérdida entre lágrimas, lo cual repercutirá en nuestras necesidades y esperanza de vida.

Uno de los sombreros que podemos conseguir, se tratan de unas gafas de visión nocturna, que en realidad nos permite ver los fantasmas de los seres queridos que mueren. Algo tan tétrico como curioso.

Y una seta en el camino, me indicó mi destino…

A lo largo de nuestra vida, nos vamos a encontrar mucho más que nabos por todos lados con los que tomar contacto. También nos encontraremos algún que nabo que otro con el que jugar a piedra-papel-tijera. Si les ganamos, obtendremos el sombrero que portan. Hay más de cincuenta en total y cada uno de ellos con una característica que nos beneficia en el transcurso de nuestra vida.

Aunque también nos vamos a encontrar más cosas que nos pueden alterar la vida, a veces de forma radical y no solo a nosotros.

Repartidas a lo largo del camino, Minabo nos ofrecerá la oportunidad de pegarle un bocado a una manzana que nos aumentará la vida una determinada cantidad de años, una caja regalo que conseguirá lo mismo, una seta que por el contrario nos restará años y finalmente una botella de veneno que hará que tras ingerirlo, muramos. Pero si vamos acompañados por nabos o rábanos, incluso si de casualidad pasa alguno por ahí, en vez de tomarlo nosotros, podemos elegir a quien le damos años, se los quitamos o hacemos que pase a mejor vida.

Por un momento Minabo te hará sentir como Dios.

Cuidado con la madre del topo

No todo será relacionarse y caminar sin más por la vida tranquilamente con solo un par de peligros que podemos a modo de seta en mal estado o veneno en botella.

Topota, madre del topo, nos acechará más de una vez en nuestro camino si vivimos muy despacio y despreocupados, así que tendremos que controlar bien de no apurarnos mucho en el camino de nuestra vida, pero sin relajarnos o Topota nos pegará un buen bocao.

Por otro lado, también vamos a tener que mantenernos alejados de ciertos momentos en los que van a caer rayos demasiado cerca y pueden llegar a dejar chamuscado nuestro nabo.

Cualquiera de estos dos peligros, junto a la botella de veneno, son muerte instantánea y ahí se habrá terminado toda esperanza de vida.

Al morir, nuestro epitafio aparecerá en pantalla con un resumen de nuestra vida en base a nuestros actos y sucesos, permitiendo luego repetir de nuevo esa vida, reiniciar una nueva o si hemos logrado nuestros objetivos, pasar a la siguiente misión, hasta así cumplir las 25 que hay en total.

Jugando con Minabo

La jugabilidad que tiene este título nos hizo sentir muy cómodos. Los controles son intuitivos, fáciles de recordar y sin que nos complique mucho la vida. A veces se siente como si fuera un juego hecho para dispositivos móviles de forma táctil, lo cual no es malo y deja muy clara su accesibilidad.

En todo momento se nos facilita la información en pantalla de una forma bastante clara y con una variedad de colores que no desentonan en absoluto con el diseño artístico del juego.

Las únicas pegas que encontramos es en ciertos momentos aleatorios de las necesidades del resto de nabos o los rábanos, que pese a estar en amarillo o en rojo y aparentemente necesitar que se les mejoren las estadísticas de Contacto físico, Intimidad o Pertenencia, su reacción será negativa y eso nos perjudicará mucho. Queremos pensar que es una característica de lo procedural y aleatorio del juego.

Minabo y sus partes técnicas

Visualmente el juego tiene un diseño artístico que mezcla varios estilos que conjugan muy bien entre sí. En general tiene un look al óleo que lo hace muy agradable de ver, sobre todo en los escenarios en cada una de sus estaciones del año y también en los personajes, que lo acompañan con unas animaciones sencillas que transmiten perfectamente sus emociones y sentimientos.

El apartado sonoro cumple a la perfección con unas onomatopeyas, algunas de ellas reconocibles como por ejemplo “Peekaboo” cuando jugamos con un retoño. El resto de sonidos se sienten bien y sin destacar mucho, pero cumplen.

La música sigue la línea de la estética visual, siendo muy agradable cada variante en cada fase de nuestra vida y camino que estemos viviendo, o en los menús en los que nos encontremos.