El estudio Frozen Line junto a Ravenage Games han recibido varios premios en los últimos años por Daydream: Forgotten Sorrow, y nosotros tras hacernos eco en su momento su fecha de lanzamiento del juego, hemos tenido la suerte de jugar (más bien vivir la profunda experiencia que propone) el título y aquí os traemos su análisis (intentando no entrar en muchos spoilers).
Sumergiros con nosotros en la fascinante historia de alguien que tratando de buscar su paz interior para emprender el viaje más importante de su vida, se imagina representado como un niño que acompañado por su adorable osito de peluche, viajarán por distintas etapas de su vida escapando de monstruos aterradores, una temible presencia y todo esto mientras resuelven puzzles muy complicados.
La confianza y cooperación en otros nunca tuvo tanta importancia en un juego. Comenzamos el viaje onírico de Daydream: Forgotten Sorrow y su análisis.
El poder transformador de la resiliencia
Muchos de nosotros hemos vivido circunstancias traumáticas como la muerte de un ser querido, un accidente y otros tipos de situaciones que no siempre nos afectan de la misma manera, pero quienes adoptan la resiliencia para superar estos hechos, llegan a alcanzar (si bien no siempre) un punto de felicidad que les permite superar dichas circunstancias o al menos, sobrellevarlas.
Y básicamente ese es el mensaje y trasfondo que utiliza Daydream: Forgotten Sorrow para llevarnos a través de los once niveles de los que consta este título, los cuales están llenos de puzles que harán rebanarnos el cerebro para tratar con la posible solución, mientras escapamos de seres a veces muy retorcidos y también lidiamos con algunos traumas del pequeño Griffin, acompañado por su inseparable osito Birly.
Por el camino no solo nos encontraremos con monstruos, puzles y obstáculos que nos pondrán las cosas difíciles, por suerte, también encontraremos algún aliado que será indispensable para avanzar y también para comprender muchas cosas acerca de la existencia.
Con un diseño artístico que tan pronto es entrañable, como a veces oscuramente retorcido y una banda sonora que ayuda a transmitir las sensaciones sobre lo que estamos viendo, el título es un viaje que nunca podremos olvidar.
Entre pesadillas y recuerdos
Nuestro protagonista Griffin se encuentra solo, desolado y con sus recuerdos medio fragmentados, tratando de escapar de las garras de un monstruo que trata de atraparle en un onírico mundo que se compone de esos fragmentos que a veces nos tocará reconstruir o adaptarnos a ellos para avanzar mientras solucionamos los puzles que nos encontramos.
Para darles solución, debemos usar nuestro ingenio partiendo de la base que la colaboración es esencial, así pues no solo tenemos que tener presente a Griffin como parte importante para resolverlos, si no que podemos dar órdenes a su osito Birly, para que este nos ayude de alguna manera, ya sea moviendo a la vez que nosotros alguna palanca, lanzándole hacia alguna zona alta inaccesible por nosotros para que suelte una escalera o simplemente para que nos sujete mientras accedemos a otro sitio.
Lo cierto es que la versatilidad que nos ofrece en cuanto a lo jugable el poder hacer uso de nuestro amigo, es un factor jugable bastante importante.
Aunque como hemos dicho antes, Birly no es nuestro único aliado. En cierto momento de la historia nos encontraremos con alguien que pese a su hostilidad en un principio, no dudará en unirse a nosotros para avanzar y hasta mostrar nuestro lado más humano.
Puzles de lo más variopinto y curiOsos
Si no fuera gracias a Birly o a nuestra futura compañía, sería imposible realizar los, a veces muy complicados, puzles que nos trae este título. Y es que algunos de ellos, pese a que sutilmente se nos explican en ciertos puntos como solucionarlos, ya sea por problemas de diseño o por bugs, cuesta solucionarlos.
Por ejemplo en uno de ellos tenemos que dirigir a una enorme araña hasta una trampa para que se active y así nosotros poder avanzar. Pues de casi cincuenta intentos (si, casi 50), al final decidimos tomar otra solución que nada tenía que ver y lo superamos sin problema. Y creednos, no era así como se debería hacer.
Luego está el hecho de ciertos bloqueos de zona, que con dejarte morir, ya simplemente avanzas dependiendo donde caigas, así que bueno, lo comido por lo servido, aunque tanto uno como lo otro, es un poco injusto.
Pero en líneas generales y en conjunto, los puzles son entretenidos, logrando hacer que nos rompamos la cabeza para al final ver como recompensa la solución y avance de zona o nivel, a veces con una bonita cinemática.
El niño que le susurraba a los peluches
Quien dice susurrar, dice dar órdenes de todo tipo, que gracias a la interfaz del juego y presionando uno de los botones del gamepad, veremos un círculo rodeado de huellas de peluche si la acción requiere que se encargue Birly (incluso pedirle que venga con nosotros) o una flecha si quien se encarga es la misteriosa figura enmascarada.
Ya sea individualmente o al final, tener que combinar sus dos características más las nuestras, vamos a tener que ser veloces a la hora de realizar las órdenes si no queremos entrar en bucle y muchas veces tener que reiniciar el nivel por mismamente olvidarnos de tapar una tubería por donde sale el fuego.
La cooperación y confianza en las habilidades de nuestros compañeros nos llevará a buen término y si investigamos bien por cada nivel, encontraremos las flores que funcionan como coleccionables y además nos darán el final “bueno” de Daydream: Forgotten Sorrow, porque si, el juego dispone de dos finales diferentes, aunque en realidad no se pueden considerar ni bueno ni malo, solo distintas formas de cruzar el final.
En caso de no haber conseguido las flores a la primera, tranquilos, que tenemos una opción para repetir nivel y buscarlas para darles la libertad que merecen.
Apartado técnico
El título está realizado en Unreal y eso es algo que se nota en los escenarios, que en algunos momentos se ven geniales, aunque no siempre y no sabemos si es por no estar terminado el juego o era por algún fallo. En cierto nivel en el que vamos sobrevolando unas montañas, estas tenían unas texturas y modelados de muy baja calidad que contrastan con otros niveles mucho más ricos visualmente.
Los personajes están muy bien en cuanto a diseño artístico, pero ciertas animaciones no terminan de verse bien e incluso llegan a sufrir de clipping sobre los assets de los escenarios y sobre todo, entre ellos.
La iluminación es uno de los puntos fuertes del juego y eso se debe al uso de Ray Tracing, donde se nota principalmente en los reflejos que ofrece el juego en alguna que otra pantalla y nivel.
En lo musical, el tema principal logra emocionar y más a medida que vamos llegando al tramo final del juego, que ya lo tienes tatuado en el alma. El resto de temas funcionan bien y acompañan a cada situación como debe ser.
Los sonidos y efectos cumplen su función sin problema alguno y pese a la ausencia de voces, los personajes transmiten muy bien las emociones.
Conclusiones: Si bien tiene algunos fallos que sacan un poco de la experiencia y el viaje que nos ofrece el juego, afectando a veces a la jugabilidad, el título es muy disfrutable de principio a fin. – Jose Aguirre “Joshkerr”