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Remnant 2 – Análisis

Hace cuatro años se estrenaba sin mucho ruido Remnant: From the Ashes, un título muy interesante con una historia que te enganchaba desde el minuto uno, pero lo que realmente lograba no hacerte soltar el mando, era su frenética jugabilidad soulslike pero con armas de fuego de lo más variopintas, una cantidad de escenarios a cada cual más increíble gracias a sus variados biomas y unos enemigos muy peculiares con diseños asombrosos, y todo esto en conjunto funcionaba de maravilla, sobre todo con su modo cooperativo, así que como se suele decir; “si algo funciona, ¿para qué cambiarlo?”, y justo eso debieron pensar en Gunfire Games a la hora de hacer Remnant 2, cuyo análisis os dejamos a continuación.

La grietas entre mundos se vuelven a fracturar

Continuando la historia y hechos que se nos presentaron en el primer título, enseguida entramos en acción con el personaje que hayamos elegido entre todas las clases disponibles (cuatro por ahora), aquí llamadas arquetipos, y rápidamente veremos algunas viejas caras conocidas que nos llevarán hasta el refugio Base 13 y que servirá para poder crear, mejorar o comprar equipamiento para nuestro personaje a través de los distintos NPC’s que se encuentran repartidos por la base, pero también mantener conversaciones para saber qué pasó o está pasando.

Tras unos sucesos, vamos a recaer en el primer mundo (que es aleatorio) y en el que tenemos que conseguir unas llaves abrir portales con una “neblina” amarilla que nos llevarán a otras zonas y finalmente mazmorras en la que al final nos tocará acabar con el jefe final de turno con una barra de vida más larga que las colas para comprar un nuevo Iphone. Y sí, también hay hogueras, aunque aquí son cristales rojos.

Todo esto para los amantes de los títulos de From Software y los soulslike en particular, les resultará muy familiar y vaya si lo es, pero al igual que el anterior título, Remnant 2 mantiene su esencia looter shooter, lo cual nos lleva a conseguir ciertas mejoras de equipo, materiales para creación, habilidades, modificadores y como no, también el bendito lore que nos explica muchas cosas, pero tranquilo, que aquí hay cinemáticas y diálogos que explican bastante todo.

Pero este primer mundo en el que recaemos es solo el tutorial amigos míos, porque tras terminarlo, recaeremos en el Laberinto, nos reventará la mente y a partir de ahí ya podremos seguir avanzando entre las seis dimensiones que iremos desbloqueando según avanzamos en la historia, elegir el modo aventura o la auténtica salsa del juego, el modo cooperativo.

Nada como un buen trío

Mientras jugábamos Remnant 2 en la redacción, teníamos claro que a la hora de hacer este análisis, una de las partes a resaltar tenía que ser la de su modo cooperativo con hasta tres jugadores, lo cual es casi obligatorio en el modo Pesadilla, una de las cuatro dificultades que ofrece el juego, estando bloqueada Apocalipsis al principio del juego.

Da igual si hemos elegido Superviviente, Veterano o sobre todo Pesadilla, si jugamos solos, a no ser que seas un jugador muy versado en los soulslike, realmente se pasa muy mal y formando una trinidad, tampoco es que sea un camino de rosas, pero si que se hace más ameno el camino y realmente es donde el título nos muestra que está diseñado para jugar con más personas.

Las horas de diversión y tensión vividas que hemos tenido mientras nos movíamos por distintas secciones de los mapas, eran intrínsecas casi a la muerte tras muerte que algunos sufríamos, con el doble sufrimiento de entrar en modo espectador y ver a nuestros compañeros pasarlo mal contra un jefe final o un grupo de enemigos.

En el modo online, podemos ser anfitrión o unirnos a partidas de otros jugadores de Remnant 2 (recordad, hasta un máximo de tres jugadores por partida), pero todo aquel que se una (sean otros o nosotros mismos), tendrá que esperar a que lo invoquen en uno de los cristales rojos. A partir de ahí entramos 100% en la partida durante el tiempo que queramos, llegando a poder terminarnos una dimensión entera con otros jugadores o marcharnos cuando nos apetezca.

Todos los objetos que se recojan, automáticamente los reciben todos los jugadores, a diferencia de otros juegos donde hay que racionar lo que vayamos encontrando.

Mundos y dimensiones que nos recuerdan a muchos conocidos

Todos comenzamos en el mapa de la Tierra hasta que llegamos a la Base 13, pero en el momento que nuestro camino se cruza con la piedra del mundo, saltamos a distintas dimensiones, que en el caso de quien escribe estas líneas, aterrizó en el planeta N’erud (pronunciado como el el poeta chileno), que bien recuerda por su estética una cultura similar a la de los Xenomorfos de Alien. Pero a otro compañero de redacción, el juego le llevó hasta Losomn, un pueblo medieval que recuerda mucho a Bloodborne, pero que luego en ciertas zonas recuerda mucho a la ciudadela de Lords of the Fallen.

Tras el primer mapa, recaeremos en el Laberinto, el epicentro de todo y donde se nos revelará mucha información importante.

El resto de mapas se dividen entre Tierra de la Raíz y Yaesha, unos mapas de corte oriental por un lado y selvático por el otro que bien pueden recordar por momentos a Nioh.

Sin duda, la belleza de todos los escenarios hace que te quieras perder por ellos y recorrer cada rincón, aunque no será muy complicado perderse si no estamos atentos al mapa, que se ha vuelto poco intuitivo respecto al primer juego, pero si es un poco más resolutivo.

Rueda, dispara y vuelve a rodar, pero usa la cabeza

Pero no dejes de lado el mejorar tu equipo con modificadores que nos iremos encontrando y que podemos/debemos adherir a los colgantes, anillos y armas que tenemos, para que así nuestro personaje tenga aparte de sus habilidades (tres a escoger según se vayan desbloqueando por experiencia) y las ventajas principales, unas pasivas que siempre nos vendrán de maravilla en casos extremos para frenar las oleadas de enemigos.

Enemigos que no cesarán en su empeño de perseguirnos hasta el fin del mundo para eliminarnos mientras esquivan nuestros ataques desde el más simple hasta los jefes finales que algunos de ellos requerirán ciertas estrategias o mecánicas tipo puzles para acabar con ellos y no morir en el empeño.

Pero no todo es disparar a saco y rodar más que un armadillo cuesta abajo. También hay momento para pequeños minijuegos o puzles que nos darán buenas recompensas, como por ejemplo, jugar contra un NPC al tres en raya.

Apartado técnico

Aquí es donde Remnant 2 nos dá una de cal y otra de arena, puesto que en apariencia es conservador y más de lo mismo respecto al juego anterior, pero inexplicablemente (bueno, en realidad si tiene una clara explicación), el juego va muchísimo peor y aún con equipos de última generación y alta gama, las caídas de frames o rendimiento llegan a resultar grotescas. Ni que decir que en PlayStation y Xbox Series X, el juego funciona en una resolución 1280×720.

Polémicas aparte por lo que comentaron sus devs sobre la optimización, el juego incluye DLSS y lo hemos probado, pero apenas se nota una mejora de rendimiento de 10 o 15 fps con una gráfica RTX 3080.

Esperamos que algún futuro parche solucione esto y otras cosas en Remnant 2 y actualizaremos este análisis.

En el apartado sonoro, la ambientación es excepcional tanto con sus sonidos y efectos, así como el acompañamiento de su brutal banda sonora que nos transmite perfectamente la dimensión en la que nos encontremos.

Remnant 2 viene traducido y doblado al español de una forma muy profesional, aunque si hemos encontrado algunos errores en la traducción de texto, sobre todo con tildes y la Ñ.

Conclusiones: Pese a sus por momentos graves problemas de rendimiento, Remnant 2 compensa con creces esto gracias a su jugabilidad, historia y cooperativo, funciona perfectamente como un "souls shooter looter" que supera a su predecesor. Jose Aguirre “Joshkerr”

9
von 10
2023-07-28T23:59:05+0200

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