Icono del sitio Comuesp

The Last Case of Benedict Fox – Análisis

The Last Case of Benedict Fox

Hemos pasado varios días jugando The Last Case of Benedict Fox y confesaremos antes de empezar su análisis, que aún nos cuesta recuperar tanto el aliento como la cordura tras haber vivido una experiencia sobrenatural tras otra, hablando con nosotros mismos o quizás, quién sabe, si con un ente malvado que sobrevive como huésped en lo más profundo de nuestro ser.

Y no, tranquilos que no somos Tom Hardy, ni este título desarrollado por Plot Twist en colaboración con Rogue Games trata sobre el antihéroe Venom, aunque sí que su protagonista tiene bastante que ver con este personaje, que a su vez tiene mucho que ver con el universo literario creado por Lovecraft.

Porque sí amigos, estamos ante un juego que toma de referencia la obra del escritor de novelas de terror y ciencia ficción estadounidense, añadiendo ciertos elementos estéticos y diseño artístico que parecen sacados de la retorcida y oscura mente de Tim Burton, que hacen de este metroidvania con tintes de roguelike (roguevania para los más rebuscados) un título en el que no nos daremos cuenta de como pasan las horas mientras estamos perdidos en el limbo.

Sumergíos con nosotros en un mundo lleno de organizaciones secretas, rituales prohibidos, y extraños asesinatos que vamos a resolver explorando los recuerdos de las víctimas mientras buscamos pistas y luchamos contra demonios, los nuestros propios y misterios muy misteriosos y decadentes sobre el pasado de Benedict Fox.

El título avisa al principio que explora y contiene temas que bien podrían ser delicados para ciertas personas, como son el abuso psicológico y actitudes suicidas, mostrando estos momentos con total crudeza y sin filtro alguno, con lo cual, nosotros avisamos de antemano que el título está dirigido a un público adulto, pero que igualmente puede afectar al contar y mostrar ciertas escenas.

Quien busca no yerra

La Gran Guerra, para quien no lo sepa, la Primera Guerra Mundial, trajo muchos horrores, pero más aún trajo después de aquellos grotescos sucesos. Una serie de atrocidades cometidas en los talleres secretos del Primer Círculo, salían a la luz y para evitar que se prodigara como la peste, surgió la Ordo Ira Dei, que buscaba restringir la investigación, experimentación y exploración del vacío.

Pero como siempre sucede, no todos están dispuestos a ser controlados y algo ocurre que podría traer consecuencias muy graves a la realidad tal y como se conoce.

Es por eso que nuestro protagonista, Benedict Fox, se embarca en una aventura que le llevará al borde del abismo, casi directamente a las puertas del infierno y tener que luchar en el plano terrenal y en el mismísimo limbo.

Pero no está solo en esta angustiosa aventura que le llevará recorrer una mansión llena de secretos o mientras se sumerge en los recuerdos desfragmentados de dos misteriosas personas que le harán ver que el mismo forma parte de esas memorias perdidas. El demonio que habita en su interior, le ayudará a sobrevivir en el limbo en el que se sumerge cada vez que explora en las víctimas y todo gracias al gran y oscuro vínculo que les une.

Gracias a las armas que porta el bueno de Benedicto, mas los poderes demoníacos de su peculiar invitado, le permitirán sobrevivir ante seres sacados de las peores pesadillas imaginadas.

¿Será suficiente para resolver todos los puzzles y misterios dispersos por el limbo que entre todos crean un puzzle aún mayor?

Anclados a la pesadillas para no perder la cordura

The Last Case of Benedict Fox es un juego de investigación sobrenatural que va a jugar con nuestra mente y angustia en ciertos aspectos, entre ellos los sonoros aunque sobre ellos hablaremos más tarde, pero a nivel narrativo será un enorme puzzle que podríamos considerar una caja secreta que ahonda en la mente de Benedict, permitiendo que poco a poco, se vaya abriendo una nueva parte o pieza de su pasado al descubrir que pasa con las víctimas en la misteriosa mansión.

Y lo primero de todo será encontrarnos un cadáver con el que se interactúa de una forma extrasensorial que nos llevará al limbo, en este caso a su limbo particular que realmente está construido con partes vividas del mundo real y de la mansión donde nos encontramos en un pasado reciente en el que nuestro personaje tiene mucho que ver…y revivir.

Nos vamos a encontrar todo tipo de demonios por el camino mientras encontramos fragmentos de notas de este misterioso hombre, que con ciertos y reveladores secretos, nos llevará de sala en sala por un interminable mapa por el que nos podríamos perder, aunque suerte de tener un mapa que nos indica dónde estamos y que llevamos descubierto.

En ciertas zonas disponemos de lo que son conocidos como “anclas” que sirven como punto de retorno a la realidad o para saltar entre zonas del limbo o los distintos limbos que vayamos descubriendo. Estas “anclas” además de son puntos de control y en ellas podemos recargar nuestro armamento, así como enviar la “tinta” que sueltan nuestros enemigos al morir y que más tarde usaremos para tatuar nuestros brazos y desbloquear más poderes demoníacos.

Hacer un buen uso de estas anclas, sobre todo para administrar bien la tinta será indispensable si no queremos perder grandes cantidades de esta y avanzar más lentamente.

Fragmentos de varias vidas para completar una sola

No queremos entrar en muchos spoilers, pero si sois avispados os hacéis una idea de lo que sucede en este último caso de Benedict Fox. Si no es así, entonces os invitamos a descubrir al igual y a la vez que nuestro protagonista, todo lo que pasa en la historia mientras vais recogiendo piezas, fragmentos de artefactos u objetos que las víctimas han soltado por sus respectivos limbos.

Entre estos objetos están unos discos que usando un gramófono en la mansión, nos revelarán más y más secretos sobre el pasado del personaje, como hacen ciertos objetos que incluso a veces llamarán la atención de algunos personajes que se sumarán a nuestra investigación teniendo sus propias motivaciones y secretos.

Muchas veces vamos a encontrarnos con zonas por las que no podemos continuar y aún no hemos accedido a una nueva zona o descubierto un nuevo campamento para comunicarnos con alguien del exterior. Esto ocurre en todo buen metroidvania, ya sea por falta de herramienta, pieza o secreto por descubrir, y nos puede dar la impresión que nos hemos atascado. Pero para eso está nuestro querido diario, que nos da buenas pistas de por donde tirar, aunque muchas veces puede ser un poco críptico y misterioso.

Los tatuajes son una excelente manera de abrir algunas puertas cerradas. Podemos golpear con arremetidas ciertas zonas del suelo cubiertas por tablones o arrancar demonios de paredes poseídas por estos, amén del triple salto que nuestro huésped nos hace lograr y que permite acceder a zonas al principio inalcanzables.

Pero sin duda lo más importante de todo será un dispositivo de símbolos que junto al diario de una de las víctimas y las hojas perdidas de este con el significado de dichos símbolos, nos ayudará a descifrar la mayoría de puzzles.

Rompecabezas del demonio

Aunque podemos ahorrarnos gran parte, por no decir toda la parte rompecabezas gracias a la, quizás excesiva, ayuda que ofrece el juego.

Como hemos dicho, The Last Case of Benedict Fox ofrece la posibilidad de saltarse todos los puzzles, siempre y cuando seamos poseedores de los objetos pertinentes para poder desbloquearlos. Podemos optar por resolver el acertijo normalmente allí activando ciertas funciones, o simplemente podemos omitirlo y acceder a todo, eliminando los factores principales de la dificultad y jugabilidad.

También está disponible ser inmortal o acabar con los enemigos de un golpe, algo que aparentemente ahorrará mucho tiempo que podemos dedicar a la búsqueda de fragmentos y objetos, pero en ciertos momento dará problemas y evitará que se pueda seguir avanzando en el juego.

La pregunta es, ¿realmente es necesario agregar estas opciones y mermar más del 50% la diversión y jugabilidad de un título que está pensado con ciertas características para que los disfruten todos los jugadores? Cada uno de nosotros tenemos una opinión, pero al final sucede como con las ayudas de pilotaje en los videojuegos de coches, ahí están para usarlas o quitarlas. Eres tú quien se estropea o disfruta la experiencia.

Apartado técnico de The Last Case of Benedict Fox

El diseño artístico de este título podríamos definirlo como una hermosa y retorcida pesadilla que no querrás dejar de mirar. Todo es un constante deja vu que te sorprende con cada nuevo escenario pero que te recordará una estancia, otra o varias a la vez de la mansión en la realidad.

Es imposible no hacer comparaciones con los diseños e ideas de la mente del director de cine Tim Burton, pero con todo ese trasfondo lovecraftiano, porque cada rincón ha sido construido o “deconstruido” de una forma realmente soberbia que da la impresión de estar vivo.

La paleta de colores en las distintas zonas y sus biomas, es un plus extra que ayuda rápidamente a crear una ambientación que te llega a transmitir todo tipo de sensaciones, principalmente la de angustia cuando es necesario.

Y esa angustia se acentúa con los sonidos y música, que están implementados de una manera que cuadra perfectamente con lo que estamos viviendo, en qué lugar e instante, diferenciando a la perfección cada lugar del mapa y situación.

Por ejemplo en la mansión es el único lugar donde vamos a escuchar música, tanto en el gramófono o en la radio sintonizando emisoras (entre otras cosas), mientras que en el limbo, son distintos sonidos ambientales y algunos de “ruido” que están para “molestar” lo que vamos a escuchar.

El juego viene totalmente traducido al español, aunque las voces las vamos a encontrar en inglés. Eso sí, son unas actuaciones de voz excelsas y para nada sobreactuadas.

Galería de imágenes

The Last Case of Benedict Fox: La historia es atrapante, el diseño artístico excepcional y la ambientación sublime, pero hace aguas en ciertos aspectos mejorables de la jugabilidad. Jose Aguirre “Joshkerr”

7.5
von 10
2023-05-03T08:00:05+0200
Salir de la versión móvil